Las enfermedades reumáticas afectan significativamente la expectativa de vida de los individuos que la padecen (ejemplo. Artritis reumatoidea, lupus, artrosis, fibromialgia, gota, entre otros.)
El impacto está ocasionado principalmente con la elevada cantidad de gente que se enferma en relación a la población general la cual se mide en perdida de días de trabajo por su incapacidad transitoria o permanente y por la repercusión que ello tiene a nivel familiar y de la comunidad.
Son la causa más frecuente de incapacidad física y ausentismo en el trabajo.
El control de las enfermedades reumáticas debe basarse en la potencialidad de su prevención Primaria, Secundaria y Terciaria.
Prevención Primaria:

Actuar sobre las causas que podrian provocar la enfermedad para evitar que esta ocurra;

Prevención Secundaria:

Establecer un diagnostico precoz e indicar tratamientos adecuados que permitan controlar la evolución de la enfermedad y así evitar futuras discapacidades;

Prevención Terciaria:

Rehabilitar al paciente que ya presenta deformidades e incapacidad funcional y así reintegrarlo a su familia y a la sociedad;

Además de ser una tarea importante, es urgente controlar estas etapas, para eso se requiere, personal médico altamente capacitado para establecer un diagnóstico y tratamiento lo más precozmente posible.